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Una tarde de alegría en Hogares Trinitarios PABS®

En Fundación PABS seguimos fieles a nuestro propósito de Ayudar de corazón. Creemos que cada acción, por pequeña que parezca, puede transformar la vida de alguien y dejar huellas positivas en nuestras comunidades. Con esta convicción, el pasado 1 de septiembre de 2025 compartimos una experiencia muy significativa en Hogares Trinitarios, una casa de descanso ubicada en Guadalajara que brinda atención, cuidado y acompañamiento a mujeres adultas mayores en situación de vulnerabilidad.

Este encuentro fue más que una visita: fue una oportunidad para convivir, escuchar y alegrar el corazón de más de 30 residentes, mujeres que día a día enfrentan la ausencia de sus familias, pero que mantienen un espíritu fuerte, resiliente y lleno de historias que inspiran.

Música, juegos y sonrisas 

Desde el inicio, nuestro equipo de 28 colaboradores, integrado por asistentes sociales, dirección, supervisores y marketing, se unió con entusiasmo para organizar cada detalle. El objetivo era claro: crear un ambiente cálido y festivo donde las señoras pudieran sentirse acompañadas, queridas y especiales.

La jornada comenzó con la entrega de collares de colores como un gesto simbólico de bienvenida. Este pequeño detalle fue el primer paso para romper la rutina y generar un aire de celebración. Minutos después, el ambiente se llenó de música con la llegada del mariachi, que interpretó canciones clásicas que tocaron fibras sensibles y despertaron recuerdos en las residentes. Mientras sonaban las melodías, cada una de ellas recibió una flor como muestra de cariño. Ver sus sonrisas iluminadas por este detalle fue uno de los momentos más conmovedores de la tarde.

Posteriormente, llegó la dinámica más esperada: la lotería PABS. Con cinco rondas llenas de emoción, las residentes participaron activamente, siguiendo cada carta con entusiasmo. Las ganadoras pudieron elegir entre premios especialmente pensados para ellas, como cremas, bálsamos, pulseras religiosas y artículos de la empresa. Y para que nadie se quedara sin obsequio, quienes no ganaron recibieron un bálsamo labial como detalle de consolación.

Finalmente, la convivencia cerró con el tradicional partir del pastel. Se compartieron cuatro diferentes sabores –tres delicias, frutas y dos de chocolate– acompañados de atole, en un gesto que no solo endulzó la tarde, sino que también fortaleció el sentido de comunidad.

Un encuentro de corazones

El verdadero valor de este tipo de encuentros está en las emociones que despiertan. Durante las tres horas que duró la visita, vimos a las señoras cantar, aplaudir, emocionarse con los premios, agradecer cada gesto y, sobre todo, disfrutar de una tarde diferente. Para muchas, el simple hecho de recibir compañía y atención se convierte en un regalo invaluable.

Las expresiones de gratitud de las residentes fueron tan genuinas que reforzaron en nuestro equipo la importancia de seguir promoviendo actividades de este tipo. No se trató solo de juegos o música, sino de ofrecer un espacio donde cada mujer pudiera sentirse vista, escuchada y valorada.

Voluntariado con impacto 🙌

Nada de esto habría sido posible sin la entrega de los Asistentes Voluntarios del Programa de Apoyo de Beneficio Social GDL, quienes con gran entusiasmo apoyaron en cada momento: desde montar las mesas, repartir collares, guiar a las señoras, hasta servir el pastel y ayudar con la limpieza.

Cada colaborador demostró que el voluntariado no es únicamente dar tiempo, sino poner el corazón en cada acción. Este compromiso colectivo creó un ambiente de cercanía, empatía y respeto, dejando huella tanto en las residentes como en cada participante.

Sembrando sonrisas 

En Fundación PABS estamos convencidos de que ayudar no solo transforma la vida de quienes reciben, sino también de quienes dan. La visita a Hogares Trinitarios reafirma nuestro compromiso de seguir construyendo puentes de solidaridad, recordándonos que los adultos mayores merecen respeto, compañía y momentos de felicidad.

Cada flor entregada, cada canción entonada y cada sonrisa compartida nos recuerdan que estar presentes marca la diferencia. Esta experiencia no solo fue un acto de servicio, sino una semilla de esperanza y cariño sembrada en la vida de mujeres que merecen vivir con dignidad y alegría.

En PABS seguiremos trabajando de corazón, convencidos de que juntos podemos crear un mundo más humano y solidario.